martes, 14 de septiembre de 2010

Cada attosegundo

Cuando estoy contigo todo se vuelve blanco, no me importa nada más.
a veces el ruido me asusta.
Mis conexiones incrementan la dosis del sentir.
Tu olor, de recordarlo tiemblo.
Te veo todo el tiempo y me pierdo en la tranquilidad de tus ojos.
Me conoces tan poco que no sabes que el color verde es mi color preferido.
No puedo dejar de sentirte, me aterra saber que puedo hablar de ti en mis sueños.
Cada día que pasa me envuelvo en más coincidencias, más momentos,
en más recuerdos, de esos que se vuelven intactos con el paso del tiempo.
Promete muchas cosas, yo lo haré también.
Tu que aun tienes los pies en la tierra deténme.
Me he vuelto adicta a suspirar por ti, ya no puedo.
Inspírame.
Desde que te vi, sabía.
Puedes pensar que así soy siempre y que hablo, transmito, escribo... no es así
sería perfecto si en cada persona que pasa por nuestras vidas pudiéramos sentir
de tal forma que quisiéramos controlar nuestro querer.
Hoy me amarra el chantaje y la costumbre. O no se que es realmente.
Pero soy tan cobarde que no puedo decir adiós y decirte hola.
Perdóname, te lo diré una y otra vez,
No te enamores de mi, lo digo y lo pienso por que siento que yo lo estoy haciendo.
Pero de que me sirve si el miedo me invade,
tengo que parar lo que siento antes de que todo esto se convierta en sufrir.
No se a que hora se salió de mi control, no se cuando te empecé a querer,
de necesitar saber de ti para poder tranquilizarme.
Ninguna de mis medicinas me hace dejar de pensarte.
"T" de tu.
"t" de tí.
"Te" de te quiero.
"té" en el jardín.
Abro los ojos un poco más y me siento decepcionada de mi.
No se a que hora me volví tan egoísta y me dejé sentir sin pensar en mi contexto.
Pensemos con números antes de quedarnos sin corazón.
Te quiero infinito.